miércoles, 4 de julio de 2012

La Mala Memoria

Tengo mala memoria. El mayor ejemplo es que me cuesta recordar los cumpleaños, más allá de los de mis padres y de Gabriela, lo cual más bien fue todo un mérito, pues la conocí cuando yo ya tenía más de veinte años, con lo cual creo que mi capacidad de recordar cosas nuevas ya estaba mellada. De hecho, Gabriela nunca entendió mi problema y se molestaba mucho conmigo, a veces creo que exageraba, porque no era un tema personal como ella sentía, ya que también había olvidado el cumpleaños de cualquier otra persona que conociera, incluso aunque la fecha coincidiera con la de mi propio cumpleaños, o tal vez por eso mismo, la otra persona debió buscar su propia fecha. Las únicas tres excepciones a mi olvido son las que he mencionado, pero el hecho es que Gabriela se molestaba cada vez que llegaba la fecha de cumpleaños de su padre, de su madre o de su hermano y yo no lo había recordado, realmente el problema también tenía que ver con que ella no se molestaba en hacerme algún comentario sutil con una semana o con un par de días de anticipación, algo del tipo “¿con qué camisa vas a ir a la cena del jueves?” o algo por el estilo, pero no, no lo hacía. Más bien llegado el momento ella se daba el gusto de gritarme cosas como “Eres un desconsiderado”, “Ya no se puede confiar en ti” o “Vives en tu burbuja” con mayor o menor cantidad de insultos dependiendo de si es que ese día justo coincidía con uno de mis escasos momentos de solaz deportivo, es decir mi irregular partido de fulbito, actividad a la cual yo no tenía pensado dejar de ir no sólo porque yo llevaba la pelota y ante mi ausencia no iba a ser solo una sino más bien trece las personas las que me dijeran algo así, sino que al final de cuentas era mi salud, aunque pensándolo mejor tal vez debí haber hecho algo más de caso a sus reclamos, ya que eventualmente tanto desinterés de mi parte pudo haberla llevado a planear algo contra mí, quién sabe un poquito de veneno en la comida o, considerando que en la casa no tenía puñal (lo que hacía físicamente imposible una puñalada), una acuchillada por la espalda, lo cual hubiese sido peor para mí porque por querer mantener la salud potencialmente hubiese perdido la vida; en cambio ese riesgo no lo corría con los trece futbolistas aficionados que hubiese dejado plantados, ni que se hubiesen metido a mi casa. Todo lo contrario de mi caso es el de una chica en esa época, señora ya desde hace años, que trabajó conmigo durante algunos meses en uno de mis anteriores lugares de trabajo. Desde hace más de quince años me viene escribiendo para mandarme saludos por mi cumpleaños y por Navidad, lo cual no deja de sorprenderme porque cada vez que lo hace pienso que puede ser la última, sobre todo cuando confirmo que me ha escrito desde un lugar diferente al de la ocasión anterior, pues el saludo puede haber venido desde Suiza o desde Sudáfrica, ya que ella cada cierto tiempo cambia de lugar de residencia porque está casada con un alto funcionario de no sé qué multinacional, ella me lo dijo en una de sus cartas pero no lo recuerdo. Lo peor de todo es que cada año le respondo incluyendo la pregunta “¿y tu cumpleaños cuándo es?", lo cual ha sido bueno para mi colección de estampillas pero no para nuestra amistad, ya que siempre el día se me pasó sin más, a pesar de que en su momento, cada año, he recibido una carta indicándome la fecha, pasada la cual imagino que esta chica o señora se siente un poco decepcionada de no haber recibido mi carta (ni la de muchas otras personas, ya que sé que ella así como me saluda hace lo mismo con otros excompañeros de trabajo, los cuales algunos años sí la saludan, pero no siempre, tampoco son fanáticos), aunque yo nunca la he saludado ni le he mandado una tarjeta postal, nada de nada, ni siquiera por Navidad, supongo que por razones como ésa tengo muy pocos amigos y en la práctica ninguna amiga.

2 comentarios:

  1. Amigo Juan Carlos, no recuerdo que en el Colegio hubieras tenido mala memoria, como el dia en que le dijiste a la Profesora Loyola todos los planetas del Sistema Solar en orden de cercania al sol, cosa que hasta nunca deje de envidiar y que no he podido memorizar hasta ahora. :-) Un saludo a la distancia.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola César
      Gracias por leer mi relato. Pero no sé si es por estrés o porqué, lo cierto es que últimamente he olvidado muchas cosas. Tal vez sea la edad.
      Un gran abrazo!

      Eliminar