lunes, 29 de abril de 2013

El Justiciero

Sorprendido, el policía notó que ya había capturado antes a ese delincuente. Rumbo a la comisaría se encargaría de que fuera la última vez.

Juventud Rebelde

Las familias fueron comprensivas: cuando se enteraron del noviazgo, se amistaron. Pero entonces Romeo y Julieta descubrieron que ya no se amaban.

jueves, 25 de abril de 2013

El Dogma

¡Tres minutos más! El partido había sido trabado, disputado arduamente pero lejos de ser un canto al fútbol o algo parecido. El local perdía por un gol a pesar de haber sido el equipo que más había intentado; el visitante dominaba el contragolpe y había tenido algo de fortuna. Tanta que en los descuentos, en la jugada menos pensada, recuperó la pelota en su propia cancha y, con más velocidad que destreza, terminó ampliando la diferencia. Pero tras el gol, pasó lo impensado. El entrenador visitante arrojó molesto su botella de agua contra el piso, mientras que el local levantó el puño derecho como en señal de triunfo mientras esbozaba una ligera sonrisa. Es que ambos habían aprendido que el 2-0 es el resultado más peligroso del fútbol.

El Pishtaco

¡Cómo cambian los tiempos! Hace solamente algunos años el Pishtaco, ese legendario personaje que mataba a los desprevenidos campesinos para robarles su grasa corporal, era el terror absoluto de los Andes peruanos. Ahora, con la llegada del Internet a las zonas más remotas del país, la gente sabe muy bien que el exceso de colesterol es altamente perjudicial para la salud. Y el Pishtaco también lo sabe. Desde el año pasado, ya no sale a robar grasa humana.

Cuando le diagnosticaron diabetes y comienzos de cirrosis, el Pishtaco se volvió un vegetariano estricto y bajó de peso por órdenes del doctor. Se le ve regio desde que se mudó a Lima, dejando su macabro oficio atrás. Ahora nomás se le ve comiendo ensaladas con arúgula, zanahorias y tomatitos orgánicos. Pero cuando cree que nadie lo observa a veces pone un trozo de tocino en el plato, el único vestigio de su terrible pasado.

martes, 9 de abril de 2013

Dantesco

Su idea del infierno era que no hubiera para leer nada más que revistas pasadas por toda la eternidad. Nunca sabremos si tenía razón.

El Jefe

Tras el fatal accidente, el dueño del taller fue acusado de negligencia, ya que dejó que el mecánico recién despedido hiciera el mantenimiento.