jueves, 5 de julio de 2012

Los Reencarnados

Nunca me había planteado seriamente la posibilidad de la reencarnación hasta esa mañana dominical cuando desayuné con Erin en el restaurante Paddington's Pump de Toronto. Mientras devorábamos hambrientos nuestro pedido de huevos revueltos con tocino y tostadas francesas, nuestros rasgos faciales, muecas y sonidos parecían súbitamente revelar nuestras tumultuosas vidas pasadas: en mi caso, un aventurero conquistador español buscando riquezas en tierras foráneas; en su caso, la hija de un vulgar carnicero del norte industrial de Inglaterra.

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