lunes, 4 de junio de 2012

Un Caballero en Apuros

Siempre me da lástima ver a mujeres sometidas a la tiranía de sus hombres. Por motivos de elemental supervivencia económica, deben reírse de sus pésimos chistes mientras se emborrachan, soportar el peso de sus crecientes panzas en la intimidad y fingir placer al acariciar sus brillantes peladas. Ahora puedo entender bien a esas prisioneras de las circunstancias, damiselas en eternos apuros. Mañana me caso con J., una mujer rica que podrá solventar mi vicio de escritor novato. Amor al arte le dicen.

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