jueves, 2 de mayo de 2013

Camionetas

No entiendo a la gente que conduce camionetas en Lima, me parece que no son necesarias, pues la ciudad es muy plana, no es una ciudad andina e irregular como Ayacucho, Cusco o, si nos ponemos internacionales, Quito. Hablando de plano y puestos en el plano internacional, tampoco es tan irregular como algunas ciudades con vista al Mediterráneo, pero ni siquiera en ellas –obvio, no las conozco todas, pero sí Barcelona, pasé una temporada por allá y una de las esquinas de la cuadra de la calle Gomis, dígase carrer Gomis en catalán, donde yo vivía, fácilmente está a treinta metros por debajo de la otra de tan empinada que es la calle. Bueno, sí, pues, mi presupuesto no daba para vivir en Passeig de Grácia, de hecho ni siquiera cerca de Plaza Catalunya o del Barrio Gótico, pero no importaba mucho porque igual vivía cerca del metro, por la estación Vallcarca, vaya nombre, qué significará. Además, el piso quedaba cerca del Park Güell, como el proyecto original fue concebido al estilo de un parque inglés, es Park con “k” y no con “c” a pesar de ser catalán aunque en catalán parc es con “c”, y siempre era entretenido pasar unas horas ahí, las obras de Gaudí son así, provoca no sólo mirarlas, sino estar en ellas como en este caso, por largos minutos o largas horas, valía la pena ir a mirar el paisaje de la ciudad a pesar de la escalada, las escaleras mecánicas casi no sirven porque se quedan a mitad del camino, no porque dejen de funcionar de repente, sino porque sólo han sido construidas hasta más o menos la mitad de la subida, se habrán quedado sin presupuesto, supongo- o en las que han sido fundadas sobre siete colinas, como Roma o Lisboa, he visto tantas camionetas, que ocupan más espacio y tienden a respetar menos las señales de tránsito.

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