¡Cómo cambian los tiempos! Hace solamente algunos años el Pishtaco, ese legendario personaje que mataba a los desprevenidos campesinos para robarles su grasa corporal, era el terror absoluto de los Andes peruanos. Ahora, con la llegada del Internet a las zonas más remotas del país, la gente sabe muy bien que el exceso de colesterol es altamente perjudicial para la salud. Y el Pishtaco también lo sabe. Desde el año pasado, ya no sale a robar grasa humana.
Cuando le diagnosticaron diabetes y comienzos de cirrosis, el Pishtaco se volvió un vegetariano estricto y bajó de peso por órdenes del doctor. Se le ve regio desde que se mudó a Lima, dejando su macabro oficio atrás. Ahora nomás se le ve comiendo ensaladas con arúgula, zanahorias y tomatitos orgánicos. Pero cuando cree que nadie lo observa a veces pone un trozo de tocino en el plato, el único vestigio de su terrible pasado.
Cuando le diagnosticaron diabetes y comienzos de cirrosis, el Pishtaco se volvió un vegetariano estricto y bajó de peso por órdenes del doctor. Se le ve regio desde que se mudó a Lima, dejando su macabro oficio atrás. Ahora nomás se le ve comiendo ensaladas con arúgula, zanahorias y tomatitos orgánicos. Pero cuando cree que nadie lo observa a veces pone un trozo de tocino en el plato, el único vestigio de su terrible pasado.
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