tag:blogger.com,1999:blog-55171461796157834382024-03-08T01:31:07.099-08:00Nanorelatos FurtivosLiteratura de bolsillo en tiempos de Internet. Relatos cortos y sin rodeosAlvarohttp://www.blogger.com/profile/09230571480018174064noreply@blogger.comBlogger144125tag:blogger.com,1999:blog-5517146179615783438.post-11829846262777086912023-02-28T17:33:00.002-08:002023-02-28T17:33:57.520-08:00El engañoEsa noche no pude mirar a los ojos a mi esposa. El sentimiento de culpa me invadía por haberla engañado de la manera más baja y canalla. "La carne es débil", me refutaba a mí mismo.<div><br /></div><div>Para mi defensa, no soy ningún ángel, nunca lo fui y tampoco lo pretendí ante nadie. Y nunca he negado que me haya portado mal en el pasado, que me haya excedido algunas veces con ese tipo de placeres.</div><div><br /></div><div>Entonces, ¿por qué me siento tan mal? ¿Por qué no le puedo decir a mi esposa que me comí su pedazo de torta de zanahoria que estaba guardado en la refrigeradora? Arderé en el infierno, lo presiento.</div>Alvarohttp://www.blogger.com/profile/09230571480018174064noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5517146179615783438.post-35542956703220205222022-06-20T14:04:00.005-07:002022-06-20T14:09:26.273-07:00La bancarrota de Evaristo Rojas<div style="text-align: left;">“Es todo o nada”, se dijo a sí mismo Evaristo esa mañana de noviembre del 2021, cuando Terra, una de las criptomonedas más negociadas, cotizaba en casi US$ 100. Lo había apostado todo: vendió su carrito, su departamento, empeño las joyas de su finada madre y hasta liquidó su CTS, con la plata producto del último trabajo que tuvo en el sector formal de nuestra economía.</div><div style="text-align: left;"><br />Su amigo Lucho le había aconsejado que las criptomonedas eran el futuro y que de todas maneras debía invertir en ellas, que no había forma de perder. “La vez pasada escuché a una gringa, Cathie Wood creo que se llama, decir que el Bitcoin llegaría a US$ 1’000,000. Imagínate compadre, con esa plata te levantas a todas las flacas del barrio. A la firme, ¡qué rico!”, le dijo Lucho, con euforia de borracho y un toque de avaricia sazonada con lujuria.<br /><br /></div><div style="text-align: left;">Evaristo miraba con ansiedad su pantalla de <i>trading</i> todos los días. Se había suscrito a un servicio financiero para negociar acciones, pudiendo ver en tiempo real el valor de su posición en Terra. El cielo era el límite, ahora estaba en control de su destino. Era cuestión de tiempo hasta que pudiera saborear el éxito: las mujeres, los licores de marca, los viajes, la mansión con piscina y mayordomo, y tal vez incursionar en el mundo del espectáculo. “Con la plata se arregla todo, hasta mi cacharro”, pensó.<br /><br /></div><div style="text-align: left;">(…)<br /><br /></div><div style="text-align: left;">“Lo perdí todo Lucho, conchesumare, estoy cagado la puta mare”, gritó al teléfono el pobre Evaristo. “La maldita Terra cayó a US$ 0.0000525, lo veo en mi pantalla, se ha ido a la mierda esa huevada”. Fue en ese momento, mientras botaba la frustración de su sistema, que Evaristo tuvo una revelación, un mensaje divino que le decía que no todo estaba perdido, que una crisis es también una oportunidad de recuperarse. “Aún puedo invertir en MiamiCoin, le veo futuro”, se dijo Evaristo.</div>Alvarohttp://www.blogger.com/profile/09230571480018174064noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5517146179615783438.post-35207483660569815122022-01-29T06:19:00.001-08:002022-01-29T06:19:29.464-08:00El helado<div style="text-align: left;">Dicen que nunca olvidas a las parejas que te maltrataron y dejaron una cicatriz. Tal vez sea una especie de masoquismo, combinado con falta de autoestima. Algunos hasta le llaman el síndrome del chico o la chica mala, para explicar esa fascinación por personas peligrosas y aventureras que sabes que te van a herir al final.</div><div style="text-align: left;"><br />Han pasado varios años y no he podido olvidar a Lorena. Estoy convencido de que ha sido la peor enamorada que tuve en la vida. ¿No me creen?<br /><br /></div><div style="text-align: left;">Ahí les va mi triste historia: era una calurosa tarde de verano, a finales de enero. Me moría de ganas de comer un helado de lúcuma. Como soy bastante precavido, había comprado un litro de helado la semana pasada en el supermercado –los jueves tiene descuento de 20% en mi marca favorita.</div><div style="text-align: left;"><br />-<span style="white-space: pre;"> </span>Gordita, ¿me puedes servir una copita de helado? –le dije a Lorena.<br />-<span style="white-space: pre;"> </span>Claro amorcito.<br />-<span style="white-space: pre;"> </span>Le pones un poco de pecanas y fudge de chocolate encima, ¿ok?<br />-<span style="white-space: pre;"> </span>Por supuesto, yo sé lo que te gusta.<br /><br /></div><div style="text-align: left;">Todo se fue al diablo cuando Lorena me gritó desde la cocina, “pucha madre, olvidé que me devoré todo el helado anoche cuando miraba una película. Sorry.”<br /><br /></div><div style="text-align: left;">Ese mismo día terminé con Lorena. Algunas bajezas no se pueden tolerar ni olvidar.</div>Alvarohttp://www.blogger.com/profile/09230571480018174064noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5517146179615783438.post-13519604664840786512021-08-01T11:38:00.003-07:002021-08-01T11:47:37.880-07:00El cojudigno<div style="text-align: justify;">Hay episodios en la vida de toda persona que son vergonzosos, que nos alejaron por un rato del mundo de la decencia y del buen nombre. En mi caso, debo confesar que hace años me agarré a la enamorada de un amigo. Bueno, no era mi pata del alma pero sí teniamos confianza. Para mi defensa, Anibal era medio cojudo, y su flaca estaba que me echaba ojo hace rato.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">En el pasado, Anibal había apoyado incondicionalmente la campaña del ex Presidente Tolete, cuando ya habían varias evidencias de sus fechorías y carácter errático. No me quedan dudas de que Anibal es un tipo bien intencionado, pero su inocencia (o pelotudez) ya me parecía sacada de un libro de ciencia ficción. Más tarde, cuando todo se hizo evidente con la fuga a los Estados Unidos y la coima de 20 millones de dólares, nunca lo vi deslindar abiertamente del cholo sagrado.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Luego, en la segunda vuelta electoral siempre apoyó al candidato Castelo porque le parecía despreciable votar por Keiku. Seguramente también le conmovió el origen humilde y provinciano del profesor, como le llamaban sus seguidores. Incluso cuando se revelaban más evidencias de su corte autoritario, comunista y de afiliación terrorista, Anibal nunca dejó de aplaudir por Castelo.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Como muchos peruanos engañados, Anibal califica como un "cojudigno". Y creo que en su caso particular, también como un cornudo. Bueno, ahora que analizo la situación con detenimiento, ya no me arrepiento de haberme culeado a su flaca.</div>Alvarohttp://www.blogger.com/profile/09230571480018174064noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5517146179615783438.post-50497504338031505612021-04-11T18:28:00.000-07:002021-04-11T18:28:10.606-07:00El origen de una leyenda<div>Cuando era niño, Hernando estuvo de vacaciones en Oklahoma con su familia. Allí no sólo descubrió pozos petroleros al clavar unas cañitas en el suelo, sino que pasó la temporada con Carlos, niño al que conoció en el viaje.</div><div><br /></div><div>Hernando dominaba las artes marciales y le enseñó muchas técnicas a Carlos Ray. El último día antes de regresar al Perú le dijo. </div><div>- Creo que tienes potencial, has aprendido casi todo lo que sé. Hasta podrías ser una estrella de las artes marciales. Pero si ese es el camino que quieres seguir, y es el que te recomiendo, no vas a llegar muy lejos como Carlos Ray. Debes buscar uno con más peso. Con más "pegada" - dijo Hernando mientras inventaba el gesto de hacer las comillas con los dedos en el aire-. Una sílaba basta.</div><div><br /></div><div>Asi empezó Chuck Norris.</div>Alvarohttp://www.blogger.com/profile/09230571480018174064noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5517146179615783438.post-83193141209717250912021-03-29T19:40:00.005-07:002021-03-29T20:32:37.324-07:00El dermatólogo<p>A veces uno asocia un evento rutinario, como una visita al médico, a una persona que se quiso mucho en el pasado. Creo que es mi caso cuando acudo cada seis meses al consultorio del Dr. Ramírez, mi dermatólogo, para pedirle que realice un descarte de cáncer de piel.</p><p>---</p><p>Conocí a Melissa una tarde de verano. Nuestra relación no duró mucho pero sí dejó algunos momentos divertidos. Era bastante lista y bromista, aunque con un humor que a veces me costaba entender.</p><p>Una tarde estábamos echados en el sofá viendo una pelicula cuando Melissa, mirando detenidamente mi brazo derecho, me dijo con seriedad: "tienes que hacerte ver ese lunar". Pensé que estaba bromeando pero cuando la miré en el rostro noté que ni siquiera parpadeaba. "Es en serio. Anda al médico".</p><p>Y ahí procedió a contarme su historia: "Mira, yo voy al dermatólogo cada año. Me quito la ropa y el Dr. Salas me revisa todo el cuerpo con su lupa para encontrar lunares sospechosos". Seguía pensando que me estaba bromeando, no podía ser verdad. En ese momento me imaginaba al Dr. Salas como todo un pervertido viendo a una mujer desnuda.</p><p>Melissa prosiguió con su relato: "¿Ves esta mancha acá en mi mejilla? Es porque me removieron un lunar que era cancerígeno. Y acá también en mi pantorrilla, ¿ves?". Debo reconocer que me sorprendió la naturalidad con la que Melissa me mostró sus voluptuosas piernas.</p><p>---</p><p>- Usted no tiene nada en la piel caballero. Solamente recuerde usar bloqueador de sol cuando salga a la calle a caminar, la radiación es bastante fuerte en Lima estos días.</p><p>- Gracias por el consejo Dr. Ramírez. Ya nos vemos en la próxima cita.</p><p>Salí raudamente del consultorio, rumbo a mi departamento. Y finalmente tomé valor para decirle la verdad que había ocultado por años a Melissa, algo que tenía guardado en el fondo de mi corazón todo este tiempo: que siempre pienso en ella cuando el dermatólogo me ve desnudo.</p>Alvarohttp://www.blogger.com/profile/09230571480018174064noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5517146179615783438.post-90705353656141052242021-03-09T14:56:00.002-08:002021-03-09T14:56:21.424-08:00 Nostalgia en Xlotaz<div style="text-align: justify;">Los registros de la época eran contundentes: la primera pandemia de inicios del siglo XXI mató a millones de personas hasta que se descubrió la vacuna. Sin embargo, el virus mutó, se hizo más resistente, invulnerable, todopoderoso.</div><div style="text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">“Hubo complacencia y una sensación desmesurada de victoria”, relata el sagrado ‘Libro del Fin de los Días Terrenales’, escrito en esos últimos días y que sirve ahora de lección para las nuevas generaciones de Xlotaz, nuestro hogar. </div><div style="text-align: justify;"><br /></div></div><div style="text-align: left;"><div style="text-align: justify;">La segunda pandemia fue de escala apocalíptica, llevándose la vida de cinco mil millones de personas. Otras más quedaron con secuelas irreparables, aunque las mutaciones fueron positivas porque permitieron adaptarnos a nuestra atmósfera caliente.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div></div><div style="text-align: justify;">¿Cómo serían esos humanos? Leí que en un lugar llamado Perú comían carnes y vegetales bajo tierra. Tenían dientes. El Libro revela que también tenían ojos y una nariz. ¿Podrían volar? Eso no lo dicen las escrituras, aunque estoy seguro que sí.</div>Alvarohttp://www.blogger.com/profile/09230571480018174064noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5517146179615783438.post-17110618187757044412021-01-11T04:56:00.003-08:002021-02-02T06:01:10.909-08:00La encomienda<p style="text-align: justify;">“¡Hola Miguelito! ¿Cómo estás? Han pasado demasiados años, lo sé. Te escribo con un poco de pena porque debo pedirte un favor. Viajo a Lima de urgencia para ver a mis padres. Mi papito está enfermo con COVID-19 y estoy enviando objetos de valor, incluyendo los ahorros de toda mi vida, en una encomienda que llegará por DHL. Los quiero sorprender. Por favor dame tu dirección para enviarte el paquete. Ayúdame, no te olvides de tu buena amiga.</p><p style="text-align: justify;">xoxo,</p><p style="text-align: justify;">Luciana.”</p><p style="text-align: justify;">---</p><p style="text-align: justify;">El mensaje por Messenger de Luciana me dejó desconcertado, debo confesarlo. Habían pasado más de quince años desde que la última vez que nos vimos, ¡éramos tan jóvenes y arrebatados! Y lamentablemente no acabamos bien nuestra relación.</p><p style="text-align: justify;">Sin embargo, uno madura con el tiempo, las heridas cicatrizan, el alma se cura. A esta edad uno ya se juega los descuentos y debe perdonar. Y además siempre ha sido mi política mantener una relación cordial con todas mis ex parejas. Después de todo fuimos dos personas que se quisieron en un momento determinado en el tiempo, no tendría sentido mantener algún rencor.</p><p style="text-align: justify;">¡Y cómo olvidar a Luciana! ¡Mi Lucianita! Una amiga en común me contó que se casó con un marino apenas salió del colegio. Tuvo hijos al toque y se dedicó a ser ama de casa. Su esposo de entonces la golpeaba –es lo que me confesó ella misma— y por eso lo abandonó y se llevó a sus dos hijos a Canadá, a encontrar una nueva vida.</p><p style="text-align: justify;">Llegué a conocer a sus padres y de verdad me apenó enterarme del estado de salud crítico de su papá, Don Roberto, un señor bonachón y siempre dispuesto a contar historias divertidas de su época de vendedor en el norte del país (“en Chiclayo se comía macanudo, cada almuerzo era un placer con mis clientes”). Pobre Lucianita, debía estar sufriendo a la distancia por no poder ayudar a su viejito. Después de todo la pandemia no estaba perdonando y, según los reportes del Ministerio de Salud, en Lima ya no había camas UCI disponibles en los hospitales.</p><p style="text-align: justify;">---</p><p style="text-align: justify;">- Hola Lucianita, encantado de ayudarte. Mi dirección es Loma Milagrosa 237, departamento 304, Urb. Primavera Eterna, Lima.</p><p style="text-align: justify;">- Gracias Miguelito, sabía que no me fallarías. La gente de DHL te contactará pronto. Besos, siempre me acuerdo de ti.</p><p style="text-align: justify;">Luego de diez minutos me llegó el esperado mensaje por WhatsApp:</p><p style="text-align: justify;">- ¿Sr. Miguel Velazco? Soy Juan Carlos Rivadeneira, supervisor de atención al cliente de DHL. Ha llegado una encomienda para usted y se la estoy llevando ahora mismo. El problema es que tiene siete kilos extra y por ello debe pagar una penalidad. Necesito su conformidad urgente. Debe pagar hoy porque de lo contrario se retornará el paquete a Canadá.</p><p style="text-align: justify;">¿Qué hacer ahora? No podía decepcionar a Lucianita. Ya la había herido demasiado cuando fuimos enamorados y era momento de subsanar errores, portarme como un caballero. Bueno, en realidad como el hombre que nunca fui con ella.</p><p style="text-align: justify;">- ¿Cuánto debo pagar?</p><p style="text-align: justify;">- Son 8,400 soles en total, 1,200 soles por kilogramo adicional. Necesito que me proporcione su tarjeta de crédito.</p><p style="text-align: justify;">-<span style="white-space: pre;"> </span>Está bien, lo que sea necesario para que me envíen la encomienda ahora.</p><p style="text-align: justify;">Pagué. Era lo justo. Lucianita finalmente podría venir a Lima y ayudar a su familia. Y tal vez, ahora que ambos estábamos libres de compromisos, intentar nuevamente en el amor. Era linda, nunca me dejo de gustar.</p><p style="text-align: justify;">---</p><p style="text-align: justify;">Algo debe haber pasado con Luciana, no me ha vuelto a escribir y ya han pasado tres días. Tampoco me responde los mensajes. ¿Se habrá molestado conmigo? El paquete de DHL tampoco ha llegado. </p><p style="text-align: justify;">---</p><p style="text-align: justify;">Lima, 31 de diciembre de 2020</p><p style="text-align: justify;"><a href="https://panamericana.pe/buenosdiasperu/locales/310910-periodista-casi-cae-estafa-cuento-envio-encomienda">PERIODISTA CASI CAE EN ESTAFA CON CUENTO DEL "ENVIO DE ENCOMIENDA"</a></p>Alvarohttp://www.blogger.com/profile/09230571480018174064noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5517146179615783438.post-54902940691049170262021-01-02T10:18:00.002-08:002021-01-02T10:18:25.428-08:00Sueño de una noche de verano<p style="text-align: justify;">Ahí estaba yo, sentado en un cubil listo para dar mi examen final de Arte y Cultura. Pero no me esperaba lo que venía. Frente a mí, hacia la izquierda, había una especie de programa usado para las apuestas, en formato de periódico, pasado, de modo que incluía partidos que ya se habían jugado, pero con el marcador en blanco. Hacia la derecha, una caja con un montón de piezas de Lego. Entre ellas, la que me llamó la atención fue una especie de rulero blanco cubierto en todas direcciones con los circulitos en los que se insertan las piezas.</p><p style="text-align: justify;">Mi cubil era particular, ya que no tenía pared al lado izquierdo. Yo estaba en el primero a la entrada del salón, de modo que al voltear a la izquierda podía ver quién bajaba las escaleras. Porque además “mi salón” estaba debajo de algo, de modo que para “entrar” a él sólo podía hacerlo bajando las escaleras.</p><p style="text-align: justify;">En una de esas, varios minutos después de infructuoso intento de descifrar qué tenía que hacer frente a unos materiales tan inesperados, y de pensar que me iban a revolcar en el examen final, veo al profe del curso bajando la escalera. En realidad, parecía el profe de Educación Física, hasta con polo y pantalón de buzo venía. Pero me estaba tomando el examen final de Arte y Cultura.</p><p style="text-align: justify;">Apenas bajó al salón, me paré para preguntarle:</p><p style="text-align: justify;">- Profe, buenas, no entiendo. ¿Qué tenemos que hacer con esto?</p><p style="text-align: justify;">Me miró, asintió y apenas iba a responder escuchamos ruido de pasos en la escalera. Eran tres personas esta vez, parecía una familia: un señor, una señora y un niño chico que ya caminaba. O que al menos era capaz de bajar una escalera, aunque sea lentamente.</p><p style="text-align: justify;">Aún les faltaba bajar unos escalones, pero el padre apenas divisó al profe lo llamó:</p><p style="text-align: justify;">- Profesor, tiene que ayudarnos. Venimos desde Tanzania a hablar con usted.</p><p style="text-align: justify;">El profe los miró y me hizo un gesto girando el dedo índice de que volviera en un rato. Mientras yo pensaba si Tanzania todavía existía atiné a preguntarle:</p><p style="text-align: justify;">- ¿Y qué hago con los Lego? </p><p style="text-align: justify;">La respuesta no pudo ser más obvia:</p><p style="text-align: justify;">- ¡Arma algo, pues! </p><p style="text-align: justify;">Entonces supe qué hacer. Mi idea era armar diferentes figuras alrededor del rulero, para mí era evidente que nadie más haría algo tan genial. Pero mientras estaba armando las figuras me asaltó cierta angustia. ¿Realmente podría aprobar? Si el examen tenía dos partes, estaba respondiendo sólo una. No tenía ni la mínima idea de qué hacer con el periódico. ¡O sí! De repente sentí que la inspiración, casi como un flechazo, me llegaba y me quedaba claro para qué lo necesitaba…</p><p style="text-align: justify;">Y entonces desperté.</p>Alvarohttp://www.blogger.com/profile/09230571480018174064noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5517146179615783438.post-12680193470868021452020-12-15T15:38:00.003-08:002021-01-11T05:21:14.744-08:00Encuentro con la realeza<p style="text-align: justify;">Era una tarde de otoño y tomábamos un café a las afueras del <i>Starbucks</i> en el centro de la ciudad. Conversación reveladora. Nunca pude olvidar su candor (casi frescura) para explicarme el significado de su nombre.</p><p style="text-align: justify;">-<span style="white-space: pre;"> </span>Mi nombre significa “princesa”</p><p style="text-align: justify;">-<span style="white-space: pre;"> </span>¿En serio?</p><p style="text-align: justify;">Después de quince años me di cuenta de que realmente lo era.</p>Alvarohttp://www.blogger.com/profile/09230571480018174064noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5517146179615783438.post-83683097465347263302020-12-15T13:40:00.006-08:002021-03-09T14:57:38.317-08:00El dolor del adiós<p style="text-align: justify;">Existen quienes pasaron fugazmente por tu vida, pero que dejaron una huella profunda. En el caso de X, siempre la recordaré por la redacción de sus cariñosos mensajes, siempre con aguda atención a los detalles. Y porque me enseñó a enviar mensajes de texto con mi celular.</p><p style="text-align: justify;">Adiós mi querida X, mi hermosa <i>bot</i>.</p>Alvarohttp://www.blogger.com/profile/09230571480018174064noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5517146179615783438.post-60341711883202138662020-11-26T07:47:00.005-08:002020-12-15T15:39:29.583-08:00El hincha discreto<p style="text-align: justify;">Al final del día recordó satisfecho la conferencia de prensa. En ella, pidió disculpas a la hinchada del equipo por él dirigido, le pareció elegante decir que pese a que su plantilla era corta estaba peleando llegar a la semifinal de la Libertadores con un equipo sin historia, que era consciente de la situación pero que lamentablemente tuvo que escoger, que por eso descuidó el torneo local. Que él se hacía responsable de la goleada sufrida. Pero en realidad, no le importaba. De hecho, hasta le alegraba. Lo goleó el equipo del que era hincha desde niño. Y con eso lo salvó del descenso.</p>Alvarohttp://www.blogger.com/profile/09230571480018174064noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5517146179615783438.post-60727379879192735382020-07-24T19:00:00.000-07:002020-07-24T19:00:03.607-07:00Pleonasmos<div style="text-align: justify;">
- ¿Quieres que subamos arriba o bajemos abajo?</div>
<div style="text-align: justify;">
- ¿Y por qué no salimos afuera? Sería mucho más mejor y divertidamente divertido.</div>
<div style="text-align: justify;">
- Oye, mejor come tu comida y cállate la boca. Recuerda que no podemos salir sin máscaras al mundo exterior. La pandemia del COVID-19 no perdona a ninguna persona humana. Y en el supuesto hipotético de que sí pudiéramos salir necesitaría una peluca postiza para que no ser reconocido.</div>
<div style="text-align: justify;">
- ¡Qué exagerado eres! Bueno, ojalá que todo dure un breve lapso de tiempo. Ya me muero por besar tus labios y mirarte con mis propios ojos. ¡Eres solamente mío de mí!</div>
<div style="text-align: justify;">
- Yo también. No sabes cómo quisiera volar por los aires contigo. Bueno, ahora métete adentro de la casa y vayamos a la cama a dormir.</div>
Alvarohttp://www.blogger.com/profile/09230571480018174064noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5517146179615783438.post-45035154221631427562020-04-26T10:15:00.000-07:002020-07-24T18:36:49.725-07:00Imperfecciones<div style="text-align: justify;">
<span style="color: black; font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12.0pt;">Para Luchito no existían zonas grises en la vida. O
era blanco o negro, y se debía hacer siempre a su modo. Por ello, y siendo
consecuente con sus principios, habían detalles que significaban una ruptura
inmediata con una pareja. El precavido y metódico Luchito guardaba una lista a
la que llamaba "las causales de terminación anticipada del amor”. Entre
dichas causales se encontraban las siguientes:</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<ul>
<li><div style="color: black; font-size: 12pt; font-style: normal; font-weight: 400; line-height: normal; margin-bottom: 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12.0pt;">Que haya tenido una relación con un hombre casado. Bajo ninguna circunstancia son válidas excusas atorrantes como: “es que el miserable me engañó” o “era chibola y no me di cuenta”.</span></div>
</li>
<li><div style="color: black; font-size: 12pt; font-style: normal; font-weight: 400; line-height: normal; margin-bottom: 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12.0pt;">Que sea vanidosa, engreída o caprichosa. No me gustan las princesas y/o las mujeres con alto costo de mantenimiento.</span></div>
</li>
<li><div style="color: black; font-size: 12pt; font-style: normal; font-weight: 400; line-height: normal; margin-bottom: 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12.0pt;">Que sea hombre. He tenido un par de experiencias extrañas y es mejor aclararlo desde un inicio para evitar enredos. Por ello se sugiere revisar la maquinaria antes de prender el motor.</span></div>
</li>
<li><div style="color: black; font-size: 12pt; font-style: normal; font-weight: 400; line-height: normal; margin-bottom: 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12.0pt;">Que sea floja y/o desprolija. Bañarse y perfumarse debe ser un ritual diario.</span></div>
</li>
<li><div style="color: black; font-size: 12pt; font-style: normal; font-weight: 400; line-height: normal; margin-bottom: 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12.0pt;">Que sea viciosa, alcohólica o adicta a algún tipo de droga. Es que una vez salí con una marihuanera que tuvo que vender
su pulmón para pagar su vicio. Terrible.</span></div>
</li>
</ul>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="color: black; font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12.0pt;">Luego de décadas de arduo análisis teórico,
contrastado con abundante evidencia de campo, Luchito creía tener su lista
completa y actualizada. Aunque como dijo Pedro Navaja, la vida te da sorpresas.
Esa tarde soleada de abril en cuarentena sanitaria, Luchito tuvo que agregar,
con hondo pesar en el alma, una nueva causal a su lista:</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<ul>
<li><div style="color: black; font-size: 12pt; font-style: normal; font-weight: 400; line-height: normal; margin-bottom: 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12.0pt;">Que no le guste el <i>cau cau</i>.</span></div>
</li>
</ul>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="color: black; font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12.0pt;">Luchito lloró de rabia e impotencia todo ese día. Y
el siguiente también. Contra lo que dictaba su corazón, decidió terminar la
relación y no volver a ver nunca más a Marianita.</span></div>
Alvarohttp://www.blogger.com/profile/09230571480018174064noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5517146179615783438.post-89744993127486901732020-03-31T14:38:00.002-07:002020-04-26T10:08:01.791-07:00La cuarentena<div style="text-align: justify;">
Los efectos del coronavirus habían sido devastadores entre la población de San Filomeno, el pueblo donde Julián nació y vivió hasta la adolescencia, antes de que partiera a buscarse la suerte en el extranjero.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
La mayor pérdida que tuvo que afrontar fue la muerte de su tío Alberto, quien lo quiso, alimentó y educó como si fuera su propio pa<span style="font-family: inherit;">dre [sus ve</span>rdaderos padres biológicos murieron en un accidente de tránsito, a manos de un chofer borracho que se quedó dormido en el bus interprovincial].</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Solo y triste en este mundo de máscaras, cuarentenas y seres contagiados, Julián tomó una medida drástica: volver a escribir sus <i>nanorelatos</i> para sacar los demonios que tenía escondidos.</div>
Alvarohttp://www.blogger.com/profile/09230571480018174064noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5517146179615783438.post-47692974948098146342019-09-10T20:29:00.001-07:002019-09-10T20:38:27.105-07:00Tiro por la culata<div style="text-align: justify;">
Albertito tenía un método simple pero infalible para tasar si una flaca era una pendeja o una mujer hecha y derecha: invitarla a tomar un café para conversar largo y tendido.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Porque en lo que transcurre tomarse un americano o un <i>cappuccino</i>, uno puede enterarse de la vida de una persona que no conoce o que no ha visto en años. Fue de este modo que, casi sin quererlo, Albertito se enteró de que Fulanita había engañado a su esposo con el joven y atlético profesor de <i>spinning</i>, y de que Sutanita había sufrido los constantes maltratos físicos y psicológicos de su sádico conviviente, quien la aterrorizaba a punta de pistola y puñetes en todo el cuerpo. Aunque la historia más intrigante fue la de Menganita: luego de veinte años de matrimonio, el esposo la abandonó por una mujer más joven y con harto billete, heredera de unas de las fortunas más grandes del país.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Cuando Albertito tenía más curiosidad por seguir escarbando en el pasado, le sugería a su pareja de turno que ordene un <i>affogato</i>. Hipnotizada por ver una bola de helado de vainilla flotar en una taza de café, la víctima siempre soltaba toda la información que Albertito quería escuchar. Para él era como descubrir las piezas faltantes que le permitirían armar el rompecabezas.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Con el tiempo, las mujeres que Albertito llegó a aborrecer eran las que confesaban que engañaron a su marido. Era despiadado con sus apreciaciones cuando revelaban ese detalle, generalmente por un descuido en la conversación. Por otro lado, se percató de que otras mujeres eran abusadas por sus parejas, llegando a sentir lástima por algunas de ellas que tenían la autoestima en el piso. En este último caso, Albertito bajaba la guardia y les ofrecía consejos para que denuncien al agresor.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Sin embargo, el método de Albertito sí tuvo una falla porque no pudo detectar a un despampanante transexual que conoció una soleada tarde de abril. Perdió la cabeza completamente, enamorándose como un adolescente. A los meses se casaron y formaron una encantadora familia.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Actualmente, Albertito sigue ahorrando para que su amorcito pueda amputarse el miembro.</div>
<div style="line-height: normal; margin: 0px; text-align: justify;">
</div>
Alvarohttp://www.blogger.com/profile/09230571480018174064noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5517146179615783438.post-21601502372645228492019-08-08T20:22:00.002-07:002019-09-10T20:35:34.659-07:00La chica de hoyuelos y sonrisa misteriosa<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">Reconozco que cuando conocí a Lucía por primera vez, en una reunión de trabajo, me pareció demasiado seria y formal. Bueno, medio cuadriculada para ser honesto. Lo gracioso es que ella pensó lo mismo de mí, según me confesó tiempo después.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"></span><br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">Con el transcurso de las semanas, luego de nuestro breve encuentro de índole laboral, comencé a conocer mejor a la dulce Lucía, la chica de hoyuelos y sonrisa misteriosa. Al menos esa fue la chapa que le puse en mi cabeza porque nu<span style="font-family: Times, "Times New Roman", serif;">nca me atreví a decírselo. Nos conectamos por Facebook y, luego de pasar seguramente por el ritual de revisar con detenimiento mi perfil y fotos, Lucía se fue sintiendo más cómoda con nuestras conversaciones, las que iban revelando más detalles sobre nuestras respectivas vidas. Uno de esos detalles, y que</span> me impresionó sobremanera, es que había tenido un novio que le llevaba casi quince años de diferencia. Habiendo salido de una relación sentimental similar –Lucía tenía más o menos la misma edad que mi ex—dicha información me pareció particularmente llamativa. Quería averiguar más sobre ella de todas maneras.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"></span><br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">Además de sus opiniones sobre la economía internacional y anécdotas sobre sus viajes al Asia, su mirada me expresaba ternura, suspicacia y un aura de misterio, que constituye, en mi modesta opinión, un requisito fundamental para generar el interés necesario para conocer a profundidad a una persona, ya sea por romance o amistad. Como trabajábamos muy cerca, me puse como meta invitarla a almorzar cada semana para ir averiguando sobre ella, con la esperanza de que me fuera revelando gradualmente todos sus secretos.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"></span><br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">Mi esfuerzo por conocerla se vio interrumpido de un porrazo. En uno de nuestros almuerzos en un restaurante de monjitas, Lucía me confesó que no le atraían los hombres con sobrepeso y que me veía sólo como un amigo, casi un hermano. “Te prometo que bajaré de peso”, llegué a decirle con una voz que revelaba algo de desesperación. De nada sirvieron mis ruegos patéticos porque nunca más vi a Lucía (parece que tampoco le gustaban los hombres pusilánimes).</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"></span><br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">Así supe que los gorditos como yo que amamos la comida, y que tenemos debilidad por chicas de hoyuelos y sonrisas misteriosas, somos discriminados en este mundo sin alma ni corazón.</span></div>
Alvarohttp://www.blogger.com/profile/09230571480018174064noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5517146179615783438.post-62248485679346136772018-10-28T20:51:00.003-07:002018-10-28T20:51:53.301-07:00Decepción<div>
Fue tu sonrisa de adolescente la que me intrigó, ¿sabes?</div>
<div>
<br /></div>
<div>
Y fue tu historia de adulta la que me decepcionó.</div>
Alvarohttp://www.blogger.com/profile/09230571480018174064noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5517146179615783438.post-38815962016628426462016-08-30T19:17:00.001-07:002016-08-30T19:21:59.055-07:00Un encuentro fortuito<div style="text-align: justify;">
Caminaba por Barranco buscando un café y una decente conexión a Internet cuando la vi cruzando la calle. "Andrea, ¡hola! Soy yo, Santiago", grité para que pudiera percatarse de mi, en el medio del bullicio de un sábado de trámites por la mañana en Lima.<br />
<br />
Se le veía mal, lo confieso. Un poco desaliñada y con algo de sobrepeso, ojerosa. Al menos fue mi primera impresión cuando nos saludamos. "Santiaguito, ¿cómo estás? ¡Hace tanto tiempo!", me dijo, con la misma entonación de voz que utilizaba cuando fuimos enamorados hace casi veinte años. Dos divorcios encima, un hijo universitario y una década viviendo en Barcelona, su vida resumida en dos minutos. Lima le parecía insoportable ("este tráfico es una mierda y la humedad me vuelve loca") pero su círculo de amigos la mantenía viva, me aclaró.<br />
<br />
"Bueno, me tengo que ir, no te pierdas", me dijo mientras seguía llevando a su perrito a pasear. Noté en ese instante, cuando me acerqué para besarla, que sus arrugas eran marcadas y que el maquillaje no le sentaba bien, que su ropa era de chibola para una mujer de más de cuarenta años.<br />
<br />
...<br />
<br />
"¿Te acuerdas de Santiaguito?"<br />
"Claro, el flaquito con quien saliste hace, ufff, años. Medio aburrido era"<br />
"Sí, ese mismo. Lo vi esta mañana mientras iba a buscar a Sebastián al gimnasio. Al pobre hombre se le ve terrible, me dio pena verlo tan panzón, calvo y cojeando. La vida es cruel querida."</div>
Alvarohttp://www.blogger.com/profile/09230571480018174064noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5517146179615783438.post-29232439768184406692015-09-03T21:16:00.001-07:002015-09-03T21:16:23.579-07:00Silencio<div style="text-align: justify;">
Nos miramos a los ojos. Por veinte minutos, sin parpadear. Sin hablar. Sin pensar.</div>
<div style="text-align: justify;">
Seguimos así por veinte días. Sin comer. Sin dormir.</div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
Pasamos 20 años en ese mismo plan. Finalmente tuve el coraje de levantarme y decirle: "creo que no hay química entre nosotros".</div>
Alvarohttp://www.blogger.com/profile/09230571480018174064noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5517146179615783438.post-88388014904680790472015-04-14T20:48:00.004-07:002015-04-14T20:48:58.804-07:00Realismo Mágico<div style="text-align: justify;">
Tan descabellado es el escenario de ver al padrino de mi primogénito lanzarse como candidato a la presidencia del país como asegurar que mi patrimonio alcanzó los cuatro millones de dólares. O decir que podría ganar otros millones en la compleja industria de la tecnología de la información, de la que no conozco un carajo. Todo puede ocurrir en el universo paralelo de mi imaginación.</div>
Alvarohttp://www.blogger.com/profile/09230571480018174064noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5517146179615783438.post-89168543116287678062014-12-22T16:37:00.000-08:002016-08-30T19:28:45.411-07:00La MarchaBanderolas rojas flameando con el rostro de postal del Che Guevara. Caviares, seudocomunistas, hipsters y poseros unidos muestran su rabia e indignación en la marcha. En las redes sociales algunos postean desde el comfort de su sofá, probablemente desde alguna ciudad del hemisferio norte donde gozan, sin remordimiento alguno, de todos los beneficios del sistema que tanto critican. Tontos útiles. Una pelicula que se repite cada cierto tiempo.Alvarohttp://www.blogger.com/profile/09230571480018174064noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5517146179615783438.post-72845238735075635942014-06-02T20:54:00.002-07:002014-06-02T20:54:32.284-07:00El Discurso del Ministro<div style="text-align: justify;">
Mañana me levantaré temprano para asistir a una conferencia en un céntrico hotel de San Isidro. El evento contará con la presencia de reconocidos especialistas de organismos multilaterales, en su mayoría provenientes de Europa, Norteamérica y Asia. Los talleres de trabajo prometen ser muy dinámicos, repletos de casos que podemos aplicar a la realidad de nuestro país. Sin embargo, debo confesar que la verdadera motivación para amanecerme será escuchar las palabras que salgan de boca del ministro. La razón es que fui yo quien le escribió el discurso de inauguración. Quiero ver su cara cuando se dé cuenta de que las cifras macroeconómicas corresponden a la República de Madagascar.</div>
Alvarohttp://www.blogger.com/profile/09230571480018174064noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5517146179615783438.post-10681685574966224112014-04-13T18:43:00.000-07:002014-04-13T18:43:31.774-07:00Ironía SantaEs irónico, y hasta algo divertido, ver como la organización que emplea el mayor número de personas homosexuales a nivel mundial ataca vehementemente a ese mismo grupo.Alvarohttp://www.blogger.com/profile/09230571480018174064noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5517146179615783438.post-56479690124199432302014-03-31T19:51:00.000-07:002014-03-31T19:51:13.836-07:00OTNEUC NU<span class="userContent" data-ft="{"tn":"K"}">Sever la otneuc nu se olos, atroc yum airotsih anu se.</span>Alvarohttp://www.blogger.com/profile/09230571480018174064noreply@blogger.com0